miércoles, 25 de agosto de 2010

Una taza de té

Una taza de té



Una taza de té, una página en blanco, música ligera, té cargado, manos tiesas, tinta inagotable, todo en este pequeño mundo, en este gran cuarto , este cuarto, el cual evita que yo note en donde empieza y en donde termina, poniendo toda mi atención en esta página, ya no en blanco.

El té, seguro sigue caliente, lo he probado, sí, sigue caliente, o más bien, ahora está en su punto, perfecto, disfruto del té,… otro trago, es buen té, no sé distinguir entre el buen té y el mal té realmente, no sé siquiera si el té se divida en categorías, o si haya té de mejor calidad que otros, solo sé que el que yo estoy bebiendo, es buen té. La temperatura es buena, ocasionando un leve calor en mi frente, sin llegar a ser un malestar. La música se ha detenido, haré que suene un poco más… listo, buena música. Esta vez sé lo que digo, buena música, claro, es solo un punto de vista, pero el té, eso sí que es bueno, no quisiera seguirlo bebiendo porque se va a terminar, gran té, gran música, gran momento.



Nada de qué preocuparse, fuera del problema de la taza de té, ese problema, es tan poco té, en realidad es tan poco. La música no se va a terminar, pondré otro CD y adiós problema, la tinta tampoco se acabará, ni las hojas de papel, pero el té, que me acompaña en este momento, frente a mi página, con letras que tal vez parezcan incoherentes al ser palabras, llenando casi la mitad de la página. El té se va a terminar, y no estoy seguro de que haya más té en casa, las tiendas a esta hora ya cerraron, además no tengo la menor intención de salir de este mundo, estoy enamorado de este momento, realmente, estoy perdidamente enamorado de esta taza de té, sin que piensen que estoy loco, en serio, el aroma, el calor del té llegando a mi bigote cuando apenas inclino la taza de té hacia mis labios, ese sabor, casi me seduce.



Todo perfecto, excepto porque la taza de té ya está llena solo hasta la mitad, es un barbarismo, como pude yo terminar con media taza de ese delicioso té sin prestarle la debida atención, distrayéndome en esta estúpida hoja de papel, de verdad, no entiendo, ahora no puedo dejar de escribir, ni de pensar en el té, la música… diré un secreto; de la música me había olvidado, es tan tranquila, como el viento pasando, es casi imposible notar que la música está ahí, la había olvidado, y como ya dije, desde mi ángulo, parece buena música. Tal vez a algunos no les parezca buena, tal vez les suene muy tranquila, muy sencilla, para lo que están acostumbrados a escuchar, pero si ustedes fueran tan dichosos, como para tener una taza de té, como la que está a mi lado, entonces apreciarían la música, no lo notarían, ya que prestarían mucha más atención a lo que escriben, y por su puesto aún más atención al té, grandioso té.



Vaya momento más placentero el que estoy viviendo… pero que acabo de ver, el té está terminándose, sin darme cuenta, bebí un poco más de esa taza de té, esto ya empieza a preocuparme, el leve y agradable calor en la frente, está siendo contagiado al pecho, ahora volviéndose realmente una enfermedad.



La música aún suena, un poco de blues, todo está bien, todo el aire que se respira aquí es tan tranquilo, todo parece perfecto. Ahora ya nada parece estar bien, tan solo un trago más a esa taza de té y definitivamente voy a estar metido en un problema. La página ya no está en blanco, de hecho esta por llenarse con letras, palabras, renglones.



Mi té se ha terminado y no me di ni cuenta, otra taza de té a mi lado, llena hasta el tope, del mismo té definitivamente, la dama me la ha servido, que amable de su parte, que suerte la mía, ya que solo se levantó de la cama en la cual ya dormía, por un pequeño sonido que interrumpió su sueño, y como siempre tan acomedida, me sirvió otra taza de té, ésta sí que debe estar caliente, voy a dejar que pase un rato, de todos modos, uno de los tragos a la pasada taza de té, fue bastante largo, un desperdicio, no disfruté suficiente, el malestar está disminuyendo en mi frente y en mi pecho. Mis ojos se sienten cansados, mi cuerpo se siente fuerte, pero también cansado, mi mente no sabe que piensa, sigue sin saber cuánto mide este cuarto, y cada vez que escribo algo a cerca de él la curiosidad, las ganas de voltear y mirar a qué distancia están las paredes es algo casi incontrolable, pero no puedo dejar de escribir, la canción que suena no me agrada tanto como la anterior, pero no la cambiaré, lo sé, lo único en lo que pienso ahora es en esta nueva página en blanco, y en mi taza de té, sigue llena, el té aún está muy caliente, apenas lo he probado, la música que ahora suena va un poco más rápido que la anterior, ya no es blues, parece algo electrónico o algo así, sinceramente, tampoco sé demasiado de música, es como con el té, de hecho, quien podría saber bastante acerca de algún tema, saber en serio, creo que nadie, todo son puntos de vista, por ejemplo, quien lea o escuche esto podría pensar que soy solo uno más sin nada más que hacer, que escribir tonterías, a otros les parecerá interesante lo que sucede ahora, si es que lo entienden, a mi me parece interesante, esa taza de té que se terminó, y la que está a mi lado ahora, tan delicioso de principio a fin, tan, tan, simplemente, el ambiente está lleno de ese aroma casi imperceptible del té, aroma tenue, no sabría explicarlo, supongo que ahora el té está un poco menos caliente, así es, un poco menos, casi alcanza la ternura del primer trago de té de la noche, con ese que empecé a escribir, ya no recuerdo por donde comencé… creo que por la página en blanco, la música, las manos tiesas, eso se ha terminado, mis manos ahora se mueven sin ningún problema, todo está perfecto, excepto ese detalle… todo bien, la taza de té casi llena, la tinta no va a terminarse, aunque escribiera durante toda la noche, la tinta no se va a terminar, la música continuará, las páginas se llenarán y habrá otra esperando para que escriba sobre su delicado y blanco cuerpo, yo estaré despierto el tiempo que quiera, pero el té tarde o temprano se va a terminar, entonces voltearé para acabar con mi curiosidad a cerca de que tan amplio es este cuarto, y adiós a la magia, tal vez las paredes me aplasten, o estén tan lejos que no se distingan, o sean enormes y no haya techo (eso tampoco lo he revisado), tal vez haya cosas maravillosas, pero nada más mágico que este momento junto a mi taza de té, ahora sí que está bueno, beber de ese té es orgásmico, es algo increíble, fuera de éste mundo, nunca había experimentado algo parecido, simplemente ese té es perfecto, pero el estrés vuelve, ahora que la temperatura del agua, combinándose con lo que sea que la convierte en té y el poco de azúcar añadida en el fondo de la taza, ahora que todo está bien, el té se va a terminar más rápido, y ésta vez realmente me preocupa. La dama no se levanta dos veces en la misma noche, y mucho menos solo para servirme una taza de té.



No sé en qué momento pasó pero derramé un poco de té en el plato sobre el cual descansa la taza, eso es frustrante. Es un pequeño charco de té, casi invisible, yo lo noté porque ese té y yo somos la atmósfera en este momento, somos uno mismo, y no debí derramar ni un poco de té, seguramente sería el trago más sabroso, y el estúpido de yo lo desperdicié, así sin más, lo derramé.



Qué alivio, de verás, acabo de beber un poco más de té, y está delicioso, ese fue el mejor trago, no creo que lo que derramé lo superaría, de verdad que alivio.



Esta página también se está llenando con palabras sin sentido para el lector… pero el placer ahora es mío y de nadie más, el pequeño placer de escribir, que no es nada comparado con el de beber un poco de ese té, las páginas no se van a terminar nunca, eso la quita emoción, pero ese té es la adrenalina que me tranquiliza tanto en este instante, es la ironía más hermosa que he comprendido en toda mi vida.



La música, sigue, tranquila, a muy bajo volumen, ni por el té quiero que se despierte la dama, sería una falta de respeto, pero la música, ahora que lo pienso está siendo como oxígeno, nadie lo ve, nadie se da cuenta realmente de que está ahí, para todos, pero que pasaría si el oxígeno no estuviera, la respuesta todos la saben, así es, de un segundo a otro ya estoy utilizando otra página, más tinta, mis manos se están cansando, sigo sin saber cómo es el cuarto en el que estoy, y mi taza de té ya está a la mitad una vez más, que frustrante, mi corazón late más rápido, debe ser por el calor, creo que el pasado, fue un trago largo. Delicioso, mejor que un trago de alcohol, mejor que un buen café, y vaya que el café se divide en categorías, hasta donde yo sé, y ya resulta vergonzoso decirlo, pero, tampoco soy un gran conocedor del café. Este té es mejor que cualquier otra cosa que haya pasado por mi garganta con el único propósito de ser eliminada un tiempo después. Creo que mi organismo entenderá y este té no lo va a eliminar, sería una tontería. Otro trago, ahora creo que estoy sudando, estúpido cuerpo, más vale que no esté sudando el té, porque entonces si estaría muy molesto, mis brazos, axilas y frente sudan, creo, aunque no lo sé a ciencia cierta, y no estoy dispuesto a revisarlo, mi espalda está a punto de sudar también, debe ser agua de algún otro momento, no creo que sea el té. Otra cosa ha de ser, el té no.



Y yo sigo aquí escribiendo, creo es por los nervios que no puedo parar, estoy tan nervioso, la dama duerme, la música sigue, es difícil dejar de pensar en que la taza de té está casi vacía, que sería bueno después del té… un cigarro, no, no fumo, un trago, no, alcoholo es lo que menos se me antoja ahora, son las dos opciones que todos buscan después de cualquier cosa, buena o mala, pero no entenderían, esto sí es una desgracia, tal vez comer algo, pero no, no suena bien.



Estoy arrepentido, el té ya no está en su punto, el mejor momento se ha terminado, pero aún es delicioso, y porque lo sé, sí, así es, porque estúpidamente le di otro trago. Tan corto, ya que fue necesario inclinar bastante la taza para lograr beberlo, casi siento miedo, no, no casi, de hecho estoy aterrorizado, no me atrevo a ver la taza, pero ahora sí que lo arruiné todo, no puede ser, que hice, bebí el último trago, es que fue inevitable.



No más té para mí, no esta noche, quizá mañana, no lo sé, me siento tan deprimido, quiero estar solo, vete música, vete hoja de papel, váyanse todos, no los necesito, la taza está vacía, la magia se está terminando.



Qué cuarto tan común, un pasillo por allá, quien sabe a donde dará, no me importa, hay un techo, nada está fuera de su lugar, todo está bien, es decir alrededor, la magia ahora se ha ido por completo, no más té, no más magia, todo normal, tranquilo alrededor, pero dentro de mí, quiero morir, hasta la música suena triste, coincidencia supongo, se acabó el té, no creo tener más, no pienso preparar más. La dama duerme. Todo se acabó. Quiero estar sólo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario